EL RESCATE DEL HERA

Uno cuando se pone a buscar en el fondo del mar, barcos que se han hundido, siempre piensa en encontrar un galeón de esos españoles que venían de las Indias cargado con muchísima plata, algo de oro y con muchas cosas de las que llevaban en su recorrido desde Veracruz hasta Sevilla, pero claro no todos los barcos hacían ese trayecto y se hundieron, igual que no todos los que se hundieron fueron atacados por piratas o se encontraron con un huracán.

Eso es más o menos lo que contaba el periódico The Colombian que en la isla de Vancouver (Canada) hay un turístico pueblo llamado Tofino, si ya se que más de uno dirá "joo que nombre más españolito para un pueblo canadiense" la explicación es muy sencilla allí murió en 1795 un matemático y cientifico español llamado y cito literalmente "Jefe de escuadra Tofino" claro el tipo este cuando le preguntaron su nombre los lugareños dijo que era Jefe de Escuadra Tofino y le tomaron la palabra, de hecho les pareció un tipo muy simpático y en su honor le pusieron nombre al pueblo pero claro cuando se presentaron en el registro de pueblos de la Columbia Britanica les dijo un señor muy serio "no se admiten nombres tan largos en las poblaciones" claro se reunieron los que fueron a inscribirlo y llegaron al acuerdo que le ponían Tofino ya que sonaba mejor que Jefe y por este motivo se quedo con Tofino.

A lo que iba hace unos decidieron en un bar cercano al puerto que ya era hora de sacar el barco que habían descubierto 30 años atrás y por dejarlo para otro día aun nadie se había metido en el agua a sacar los tesoros que seguro que llevaba en su interior el galeón que se había extraviado viniendo de Manila.

A la mañana siguiente no fueron a verlo porque cualquiera se mete con la resaca que llevaban, por eso esperaron al día siguiente era la misma historia que se llevaba repitiendo durante 30 años de resacas, pero uno dijo "está noche no me tomo ninguna cerveza y mañana voy a ver cuantos doblones de oro encuentro" y su amigo respondió "vale pero luego pagas las cervezas de está noche".

Está vez si que cumplió su palabra y se sumergió en el parque subacuatico municipal de la herencia arqueológica de Canada como llamaban al lugar donde se encuentra el barco, una vez en el fondo del mar lo primero que izo a parte de buscar monedas de oro que por cierto no encontró, fue lo típico mirar el nombre del barco y que alegría se llevo cuando vio que el barco se llamaba Hera, claro con ese nombre fijo que era español, lastima que no encontrase ningún cofre con doblones pero bueno tampoco había mucha prisa si hemos esperado 30 años por un par de días mas no importa.

Volvo a ir al bar y lo comento y como no siempre tiene que existir el listo del pueblo en este caso era un listo de esos que son de los más viejos del lugar, este listo para que negarlo no es una de las personas más queridas del pueblo porque una noche dijo "es mentira que el fundador se llamase Jefe de Escuadra Tofino porque en esa epoca no existió ningún Jefe de Escuadra Tofino sino Tofiño y su nombre era Vicente Tofiño además murió en San Fernando y blablabla", este individuo cuando escucho lo del Hera solo dijo "mi padre casi muere en ese barco" y empezó a contar la historia del Hera.

"Hace poco más de 100 años mi padre embarco en el Hera en el puerto de Seattle rumbo Honolulu cargado con 11 magníficos pianos, una escuela desmontada, grano, 1800 barriles de cal y 15.000 galones de una cerveza como mi padre nunca bebió en su vida. Al principio todo fue como siempre pero una noche cuando pasaban cerca de Tofino, les sorprendió una tormenta que les empujo hacia la costa, mientras luchaban contra la tormenta se origino fuego en la cubierta que rápidamente alcanzo a las velas y en poco tiempo se hundió en barco".

"¿Qué quieres decir que ese barco por el que nos estamos emborrachando desde hace 30 años, no es un galeón español lleno de oro, sino un barco estadounidense?" pregunto el camarero.

"Yo solo digo que el Hera no es español" respondió el listo de turno.

Como nadie le creyó a la mañana siguiente sin resaca se sumergieron unos voluntarios y efectivamente sacaron numerosos barriles de cerveza, se fueron al bar con un barril de esa cerveza la provarón y estaba asquerosa lo que probaba que el listo de turno no tenía razón.